Los 4×4 de verdad, en peligro de extinción

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Cada día vemos en nuestras calles más vehículos de grandes proporciones. La bajada de consumos y subida de potencia de los motores pequeños han propiciado que aquellos conductores que se ven atraídos por estos SUV, Todoterrenos y monovolúmenes puedan permitirse tener uno de estos en ciudad, den o no uso a sus cualidades.

Hoy me quiero centrar en los todoterrenos. Toyota, Nissan, Land Rover… Todos fabricantes con renombre en este mundo fuera del asfalto que han visto cómo su mercado se desviaba hacia conductores que lejos de buscar un uso extremo de su vehículo, busca la comodidad de un utilitario con un uso muy limitado y ocasional de sus funciones todoterreno.

Pocos son los conductores que hoy en día buscarían un vehículo rudo y funcional pero de diseño más útil que elegante. Los todoterrenos que se fabrican en la actualidad poseen un aspecto muy refinado que, siempre hablando desde mi punto de vista, les hace parecer menos útiles fuera del asfalto.

Y os doy algunas razones para argumentar lo que digo. Imaginad vuestro maravilloso Land Rover Discovery, con su maravilloso interior en tonos claros y su preciosa carrocería color blanco perla, o vuestro Toyota Land Cruiser, o vuestro Nissan X-Trail, cualquier ejemplo nos vale. Imaginad entonces que os metéis en una ruta 4×4 y que, por casualidades del destino, acabáis dando con vuestro parachoques (de plástico) contra una roca que no llegasteis a ver o un tronco de un árbol.

Probablemente en ese momento, vuestro parachoques esté hundido, o partido, conllevando una reparación de cientos de euros para que vuestro coche esté impecable además del monumental enfado que sufriríamos.  Ahora os planteo otra situación…

Imaginad que siguiesen fabricándose el Nissan Patrol de la década de los 80, el Land Cruiser de esa misma época y el Land Rover Defender (el último en caer en el combate contra la evolución). Suponed que hacéis esa misma ruta y os ocurre exactamente lo mismo. Probablemente acabéis con un pequeño golpe en sus parachoques de acero, nada que no pueda enderezarse y repintarse, o incluso dejarlo tal cual, gajes del oficio, podríamos decir. El cabreo probablemente exista, pero no de la misma manera.

Puestas estas dos situaciones sobre la mesa entenderéis por qué pienso que los todoterrenos de verdad están desapareciendo de nuestras carreteras y campos. En su lugar están apareciendo unos sustitutos que bien podrían ser la evolución, pero que siendo prácticos, no son lo mejor para darles un maltrato como el que sufren los todoterrenos en ruta.

¿Creéis que los todoterrenos tienen espacio en nuestro mundo actual, tal y como eran antes? ¿Os gustaría tener opciones en el mercado de vehículos como los antiguos Patrol o Defender? ¿O es mejor seguir la evolución? ¡Comenta debajo o Facebook!

 

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