Tan solo falta un día para que se ponga de nuevo en marcha ese espectáculo de imagen y sonido que nos gusta a muchos de los aficionados al motor, si, vuelve la F1.
La F1 avanza a la velocidad que avanza la tecnología, o mas bien dicho, la tecnología -al menos en cuanto al mundo del motor se refiere- avanza a la velocidad del mayor espectáculo del motor del mundo. Y es que desde que la Fórmula 1 llegó al mundo, los automóviles han estado supeditados a lo que en esta disciplina se inventaban genios de la ingeniería.
El ABS, ESP, cinturones de seguridad, suspensión activa, control de tracción… todo eso que los coches que vemos cada día llevan de serie fue en su día una innovación de la Formula Uno.
La llegada al gran circo de los motores turbo dará salida a una serie de motores para coches de uso cotidiano con un consumo mucho menor, pero la pregunta que se nos viene a la cabeza es: ¿Hasta dónde van a dejar a los ingenieros rebajar el consumo las grandes petroleras?
Llegará, espero, el día en el que podamos viajar sin necesidad de mirar la aguja del combustible, con solo una batería que nos permita desplazarnos cientos, miles de kilómetros. En ese momento, el mundo habrá vivido el nacimiento de un nuevo medio de transporte, al igual que lo hizo cuando se inventó el motor a combustión y el primer automóvil. Se acabará la era de Henry Ford, de Karl Benz, de Jean-Jacques Peugeot y habrá comenzado una nueva.
Y la F1 seguirá, quizás con otro nombre, mejorando estos nuevos motores y coches. No es un simple espectáculo ni un derroche total de dinero, es una inversión de futuro.