En nuestras calles podemos ver muchos modelos y muchas marcas de coches que en muchas ocasiones son muy parecidos. En muchos casos los parecidos se quedan en meros factores estéticos, pero en otras los parecidos se adentran mucho más.
Muchos fabricantes, que se encuentran en un mismo grupo constructor como PSA , fabrican sus vehículos basándose en chasis creados por la matriz de la empresa. PSA lo suele hacer con sus modelos comerciales junto a FIAT, es el caso de las Partner/Berlingo/Dobló, muy similares y con la misma mecánica o las Jumpy/Expert/Scudo.
Hoy en día, vemos ejemplos también en empresas que no tendrían por qué tener relación, como es el caso de Ford y su Fiesta, el cual comparte prácticamente todo con su hermano el Mazda 2. Seat, Volkswagen o Audi sacan modelos que, si los observamos con atención son iguales salvo por los factores estéticos asociados a cada marca. El Exeo, Passat, y A4 de estas marcas son un claro ejemplo de cómo llevar un mismo vehículo a tres compradores de distinto potencial económico.
Otros casos en los que no hay ningún parecido visible es el de la asociación Mercedes-Renault. Renault ha desarrollado junto a Mercedes el chasis del nuevo Twingo, que será utilizado por Mercedes para el nuevo Smart. A su vez, Mercedes ha equipado en sus modelos diésel más bajos de las clases A, B, CLA y GLA motores desarrollados con Renault. Esto significa que llevar un Megane Dci sería conducir un modelo con motorización de Mercedes y viceversa.
Con tantos grupos de constructores en el mundo que utilizan las mismas bases para sus modelos de distintas marcas, lo que vemos en la calle son numerosos modelos distintos pero que, en su interior son prácticamente los mismos. Distintos exteriores, un mismo corazón.