Hace ya años que no vemos en el mundial de Rally a leyendas como el Subaru Impreza o el Mitsubishi Lancer Evo. Los grandes coches que ganaron mundiales se vieron obligados, forzados a abandonar sus reinados a favor de los más pequeños.
Ahora en el mundial reinan los «enanos». El Polo con Volkswagen, el Ds3 con Citroën, el Fiesta con Ford y el i20 de Hyundai reinan ahora la grava, el asfalto, barro y demás.
Los grandes fabricantes japoneses ya se hicieron de un nombre en los Rallys hace tiempo. Cualquiera que haya visto algo de esta categoría podrá recordar tiempos pasados cuando dominaban.
Bólidos míticos como los nombrados Impreza y Lancer que lograron enamorar a los apasionados del motor con sus grandes prestaciones, su sonido y su estética. Otros, como Toyota también se hicieron de un nombre en la categoría con el Celica primero y posteriormente con el dichoso Corolla que arrebató el mundial a Sáinz en el último suspiro.
Todos fueron desapareciendo con el tiempo, primero fue Toyota el que decidió alejarse del mundial de rallys en el 2000, ahora parece que volverán con el Yaris. Después llegó el turno de Mitsubishi, que pese a haber llegado al mundial en 2001 sólo corrió hasta 2006 y por último Subaru, que decidió centrarse en ámbitos más productivos y que generasen más ganancias (pese a que su mayor atractivo era el ser corredor de rally).
Los japoneses se retiraron por completo de la categoría, dejando a Citroën en la cúspide pero no sin antes haberse ganado un lugar entre los coches míticos y más deportivos que puedas comprar.