En estos días el fútbol gira en torno a una estrella. La ansiada estrella de los campeones del mundo. Una estrella que todos quieren pero que a la selección española le ha pesado demasiado.
Pero no es la única estrella de la que se habla en deportes. Hay una estrella que brilla con mucha fuerza ahora mismo. Es la estrella de Mercedes.
Mercedes ha vuelto a la F1 de verdad, ha recuperado lo que antaño tenían. Mercedes vuelve a ser sinónimo de los monoplazas más poderosos, implacables y temidos, vuelven a ser esas balas plateadas, pero esta vez no han llegado solas.
La F1 ha vivido un cambio este año que los de Stuttgart han aprovechado al máximo. Los motores de la marca alemana son con diferencia los más potentes de la parrilla.
Muchos son los monoplazas que montan estos motores: Williams, Force India, McLaren, y Mercedes. Aerodinámica aparte, ningún piloto querría ver por sus retrovisores la sombra de ninguno de estos coches en una recta.
Así pues, hemos visto a un «todopoderoso» Red Bull luchar por adelantar durante muchas vueltas al Force India de Pérez o a los Mercedes (y motores mercedes) acaparar las poles desde que comenzó la temporada de F1, precisamente hoy es Massa el que la ha conseguido con su Williams Mercedes.
No sabemos si los rumores de que los motores de la marca alemana producen 900CV son ciertos, lo que está claro es que la estrella de Mercedes vuelve a brillar con luz propia.