Actualmente vemos por la calle numerosos monovolúmenes. Estos vehículos familiares llenaron nuestras calles gracias a sus cualidades, espaciosos a la vez que ágiles, aptos para llevar a toda la familia o paquetes grandes. Todas las marcas se unieron a la tendencia de estirar y aumentar la altura de sus turismos, Opel con el Astra dio lugar a la Zafira, Toyota y su Corolla verso, Renault y su Scenic… Todos son coches cómodos y útiles, pero no rápidos… ¿o sí? Ciertamente los modelos que vemos en nuestras calles no son precisamente bólidos pero si volvemos la vista atrás, en 1995, Renault preparó, junto a Williams F1 un monovolumen al que ningún apasionado de la velocidad haría ascos. El Espace F1 montaba un motor V10 de 800Cv Renault procedente de los monoplazas de la escudería, suspensiones rebajadas y una aerodinámica mejorada del monovolumen original con un ancho aumentado para darle más estabilidad. Su punta de 312Km/h convirtieron al Espace en el monovolumen más rápido de la historia hasta hoy en día. ¿Quién diría que ir con la familia es aburrido si esto se aplicase a los modelos de calle?
