La Formula 1 ya no es lo que era. Atrás quedaron los adelantamientos, las últimas vueltas de infarto… el interés del público.
Los continuos cambios en la reglamentación de la categoría reina han dinamitado los principios de la misma beneficiando a unos excesivamente y perjudicando a otros. Esto ha dado lugar a una diferencia de tiempos bestial entre los primeros (Mercedes) y el resto que se ven a distancias que casi podríamos medir en años luz, aunque para eso ya están los Manor.
Los Manor son los últimos coletazos de otra de los cambios de la F1 que no dieron resultado. Intentar meter nuevos equipos de bajo presupuesto era una misión imposible y tan solo 5 años después hemos visto como HRT (Anteriormente conocido como Campos, Hispania…) y Caterham (anteriormente conocido como Lotus) desaparecían entre las arenas del desierto de asfalto de la F1. Manor se mantiene pero para «arrastrarse» por las pistas a vueltas de distancia de la cabeza… y del resto.
Pero como decíamos, las distancias son también abismales con el resto. Ferrari, la mítica escudería se encuentra sumida en una situación en la que a cada avance que llega le sigue un paso atrás, Williams no ha sabido avanzar en la ventaja que tuvieron en 2014 y McLaren… McLaren ha decidido optar por cortar por lo sano.
McLaren, cansado de años de decepciones y coches malos, ha tirado por la borda todo y ha iniciado un proyecto nuevo, un proyecto ambicioso, pero que a la vez crea una gran sensación de inquietud entre los aficionados de la escudería, los de Alonso y en los mismos trabajadores de esta. El proyecto podría salir bien y verlos arriba en el futuro, pero cada día todos tienen mas dudas en ello.
La F1 se ha segmentado en dos, o tres escalones. El de Mercedes, en lo alto (muy alto), el de el resto (corren otra carrera distinta) y atrás del todo el de los Manor (y los McLaren). Una segmentación que ha hecho que muchas personas dejen de ver la F1, nadie duda quien ganará la carrera, un Mercedes lo hará y esto afecta a la propia competición.
Creo que la F1 ha de mirarse en el espejo de competiciones como el WEC en el que, pese a un formato de carrera de 24h difícil de seguir, genera expectativas y las cumple, con diferencias mínimas entre los coches (5 segundos en 6 horas de carrera) y esa sensación que la F1 despertó… en su día.