El pasado Martes 13 de Junio tuvimos la suerte, gracias a Garum Motor de acudir a un evento organizado por Ford Performance (la división de vehículos deportivos de Ford) en el Circuito de Monteblanco (Huelva). Un evento muy divertido en el que un grupo de conductores pudimos disfrutar al volante de tres modelos distintos de la marca del óvalo, el Fiesta ST, el Focus RS y el Mustang GT.
Se nos citó a las 15h en el circuito donde, nada mas comenzar una pequeña charla se nos dio la noticia, íbamos a estar muy poco tiempo parados y mucho al volante. ¡Y así fue! Nada mas acabar esta pequeña charla y un corto briefing de seguridad y de explicación del paso por curva, salimos a la pista. Nuestro primer corcel: El Focus RS.
El Focus RS: una montaña rusa de emociones.
Nada más observar el perfil afilado de esta bestia de 350 CV ya sabemos que nos vamos a divertir. El sonido que producen sus dos escapes nos recuerda a ese Focus del WRC, con esos chasquidos finales que a todo fanático del motor vuelven loco. En el frontal asoma en la parte baja un enorme intercooler diseñado para enfriar el aire que envía su Twin-Scroll Turbo, un turbo muy avanzado que confiere al Focus de una potencia extraordinaria a casi cualquier régimen de vueltas.
Una vez al volante te sientes cómodo. Sus asientos Recaro aportan sujeción y todo evoca la sensación de conducir un verdadero deportivo. Y no lo evoca por casualidad. Una vez sueltas embrague, el potente motor te deja muy claro lo que tienes entre manos. Sus 350 CV vienen acompañados por un par motor de 440 N/m y se deja notar desde el momento que sientes el empuje del coche, un empuje constante, que no te deja lugar a la sensación de quedarte sin fuerza.
En la recta del circuito, de 960 metros de longitud, y acelerando desde la mitad y tras un instructor, el Focus rozaba los 200 Km/h, pero no es esta la sensación que mas impacta del Hot Hatchback de Ford sino su paso por curva. Sus suspensiones junto a un elaborado sistema de tracción total con control de reparto de par hacen que el coche se convierta en uno con el asfalto. Las fuerzas G hacen entonces su aparición y las sensaciones son, sin duda, espectaculares. Allá donde quieres llevar el morro serás capaz de llevarlo y eso te hace sentir una seguridad total en pista, junto a esos ligeros toques que notas en el eje trasero, que reparte el par mediante dos embragues independientes para cada rueda.
El Focus RS transmite unas sensaciones difíciles de transcribir pero que todos los amantes del motor deberían «sufrir» en su cuerpo. Es todo un deportivo, divertido y rápido, pero también un coche útil y seguro para el día a día.
A continuación, y tras una brevísima charla introductoria a él, nos pusieron por delante al mito, el semental americano, el Muscle Car por excelencia, un coche de 4’75 metros de largo y aspecto insuperable, el Mustang GT.
Ford Mustang GT: Un Muscle Car europeizado.
Lo primero que llama la atención del Mustang Mk6 es su parecido con el original. Pequeños faros delanteros, sus tres líneas verticales en sus pilotos traseros, las musculosas líneas que recorren sus puertas simulando (o imitando) a las del Mk1 y esos enormes pasos de rueda. No nos deja lugar a dudas, es un Mustang.
A esto acompaña, al igual que al Focus RS, un sonido que para los amantes del motor, como bien explicaba Fernando, uno de los encargados de las charlas de Ford Performance, es música para los oídos de aquellos que son apasionados del motor (y para algunos profanos también). El gran motor V8 de 5 litros de cubicaje genera un sonido bronco en el pit lane, pero aún más cuando pasa por la recta principal. Lo llevamos escuchando todo el día ya que los instructores los usan como coches guía.
Montarse al volante de un Mustang no es moco de pavo. Un deportivo de 413 CV y 530 N/m impone nada mas sentarse. Un interior moderno pero con reminiscencias de sus antecesores, como su salpicadero de doble ceja. En el centro del volante, ese Mustang que todos hemos visto alguna vez y deseado y al lado del copiloto una placa que recuerda que, efectivamente, ¡estás en un Mustang!
Al soltar el embrague y salir del pit lane, el Mustang se comporta de una manera mucho más tranquila que el Focus RS. Esto es debido a su motor atmosférico, que no recibe, en bajas revoluciones, el apoyo del enorme Twin-Scroll Turbo del Focus, sin embargo, poco tarda en demostrar que ese enorme motor tiene mucho que darnos.
En cuanto salimos a pista el Mustang comienza a rugir. El Mk6 es un Muscle Car, sí, pero en muchos aspectos ha evolucionado a algo que el mercado europeo llevaba muchos años deseando, un deportivo veloz y capaz de tomar curvas sin derrapar constantemente. Ésto se ha logrado gracias a la implementación (en el mercado europeo) de una nueva suspensión independiente en el eje trasero, lo cual lo hace mucho más manejable.
Y se nota, y mucho. El coche toma las curvas como si de un coche de carreras se tratase. Su enorme motor es capaz de sacar fuerza para salir de las curvas en tercera (y con el aire acondicionado puesto) y alcanzar rápidamente a los compañeros de delante. Dado que es un deportivo americano de tracción trasera y que los instructores nos habían incitado a que «nos divirtiéramos», no íbamos a dejar pasar la ocasión para deslizar el eje trasero.
Entramos en curva reduciendo a segunda y cuando estamos saliendo del vértice aceleramos para que deslice las ruedas traseras, algo divertido y controlado en buenas manos y también en malas, ya que sus ayudas electrónicas recolocan el coche automáticamente para que podamos seguir disfrutando.
En recta, el potente motor nos lleva a los 200 Km/h de nuevo y sus enormes frenos Brembo instalados en llantas de 19″ (no entran en unas llantas mas pequeñas) hacen que el coche decelere de 200 a 40 en menos de 100 metros.
El Mustang es sensacional, rápido en recta y curva, destinado a disfrutar más que a competir, pero capaz de ser un gran coche de «carreras» en cierto modo gracias a las innovaciones de nivel de deportivos europeos que Ford ha incluido en el MK6.
Hay que añadir que este es el primer Mustang que incorpora tanto las suspensiones traseras independientes como un motor Ecoboost de 2.3 litros y 318 CV, adaptándose a un mercado europeo en el que los consumos también importan.
Nada mas bajarnos del enorme Mustang, nos ponen al volante del simpático Fiesta ST, un coche divertido con 180 Cv cuyo comportamiento le ha dado notoriedad dentro de los medios incluyendo su como el mejor Hot Hatch en Top Gear compitiendo contra rivales tan duros como el Peugeot 208 GTi y el Clio 200 RS.
Fiesta ST: pequeño, pero matón.
El Fiesta no destaca especialmente. Su forma es la de un Fiesta prácticamente normal, sin embargo, escuchando sus escapes queda claro que no tenemos un utilitario ante nosotros.
En su interior, las inscripciones ST nos recuerdan el modelo que conducimos (ST200 en la versión de 200 Cv). Y sus asientos firmados por Recaro nos acogen antes de que empecemos a rodar por la pista.
Su tracción delantera hace que las sensaciones se transmitan de manera muy diferente a los modelos anteriormente probados en esta pista, sin embargo, su dinamismo y su capacidad de tomar las curvas al límite lo hace un vehículo muy divertido de conducir, y también bastante rápido. Si con los modelos anteriores, de 350 Cv y 413 Cv llegábamos a final de recta a 200 Km/h, con el Fiesta lo hacíamos en torno a 170 Km/h, una cifra nada despreciable teniendo en cuenta de que hablamos de más de 200 Cv de diferencia en ambos casos.
Nuestra día acaba aquí, dejando el Fiesta en el Pit Lane con unas gomas que pedían misericordia tras una dura jornada de trabajo y con la sensación de habernos convertido en pilotos por un día al volante de tres modelos que transmiten unas sensaciones extraordinarias de deportividad y que nos permiten llevar nuestras dotes de pilotaje tan lejos como nos es posible.
En conclusión, una jornada muy productiva y MUY DIVERTIDA en la que Ford España, Ford Performance y Garum Motor nos han hecho disfrutar como niños al volante de coches muy emocionantes y en un evento muy bien montado.
NOTA: Estos coches transmiten una sensación muy deportiva que puede llevar a su conductor a sentirse piloto, pero en carretera no somos pilotos, por favor, en la carretera, cero riesgos.