Durante los 90 y principios de los 2000, Fiat se convirtió en una marca que dejó de llamar la atención, con modelos que a muchos parecieron insulsos e incluso llegando a producir el que muchos catalogan como el coche más feo, el múltipla. Sin embargo, con la llegada del 500 y su variedad, los nuevos Punto y Tipo, la marca ha resurgido. Y no solo ella.
Fiat Chrysler: una unión que ha dado mucho de sí
Tras la compra de Chrysler por Fiat, ambos gigantes automovilísticos han ganado, y mucho. Fiat se ha beneficiado de algunos aspectos del mercado norteamericano, de su infraestructura de ventas tanto al otro lado del Atlántico como en el resto del mundo. Por otra parte, Chrysler ha resucitado, con vehículos más acordes al siglo XXI y diseños más europeos.
Así, el crecimiento de Fiat y Chrysler ha sido imparable desde su unión. La llegada de modelos como el 500x afianzaron la marca italiana y el rediseño de toda la gama Jeep (filial de Chrysler) salvó a la marca de ser la última en desaparecer en el antiguo continente.
No es raro por tanto ver hoy en día Jeeps por nuestras calles. El Renegade, con su aspecto robusto fue todo un éxito de ventas. Por otro lado, Fiat se ha posicionado como la marca chic. El 500 es el vehículo estrella dentro de la ciudad, y sus hermanos mayores lo son dentro y fuera de ella.
Un diseño con lo mejor de ambos mundos
El diseño europeo caracteriza los modelos de FCA. Sin embargo, si observamos todos los modelos de la casa italiana, observamos que han incorporado elementos de estilo norteamericano. El Tipo, sin ir más lejos, incluye en su diseño un techo rebajado en el centro, algo sacado de los modelos americanos y que aporta deportividad al modelo.
Por su parte, los modelos de Chrysler han heredado ese estilo elegante de los modelos italianos. El rediseño del 300c, por ejemplo, es una obra maestra que deja claro que la casa matriz tiene rasgos italianos.
Con todo esto, Fiat Chrysler continúa su crecimiento, con cifras de ventas estratosféricas.